Hay personas que sirven de apoyo a otras personas, a otras almas, a otras vidas. Que hacen lo que mejor les sale porque son así. Intentan ayudar aunque nadie se los haya pedido y ponen toda la carne en el asador. Hay almas que escuchan, comprenden o procuran hacerlo, intentan dar buenos consejos y quieren hacerte sonreír. Hay personas que servimos de apoyo a otra mucha gente, pero nadie sabe hasta que punto. Ni siquiera las almas que sostienen parte de su vida sobre esas personas saben todo lo que la persona apoyo carga. Para que una persona pueda ser un buen apoyo, debe tener buenos pilares que lo sostengan porque, con tanto peso, corre el peligro de derrumbe y nadie o solo unos pocos estarán ahí para reconstruir piedra a piedra, pedazo a pedazo. Las personas que somos un apoyo, sea de la índole que sea, también nos cansamos de sostener. Nos salen grietas. Nos resquebrajamos. Nos salen pupas en el alma. Lo más triste es que nadie lo ve. ¿Dónde se apoya el apoyo? No puede apoyarse en nadie porque así lo siente. Solo puede confiar en su fortaleza y en su constancia. Pensamos que las personas fuertes, con buenos cimientos, no necesitan ayuda Nada más lejos de la realidad. Si tienes una buena persona de apoyo, no dejes que se rompa en pedacitos. Por mucho que la reconstruyas, jamás volverá a ser como antes. Siempre será mejor, porque ya sabe lo que es sentirse rota Y aunque de vez en cuando se haga añicos es importante que estés para recoger los pedacitos de la persona que fue. Reconstruir un nuevo alguien con nuevas fuerzas y con unos cimientos que aguantarían cualquier terremoto Quédate y apoya a la persona apoyo.