¿Sueles mirar al cielo? ¿Te fijas en los colores y en los cambios que hay cada día? ¿Te das cuenta de que antes de ponerse el cielo negro, hay una explosión de color maravillosa y cuando cambia de negro a azul, también? (Atardecer y amanecer) ¿Prestas atención a los detalles de la vida o vas todo el día corriendo sin fijarte en lo que te rodea? Los detalles siempre marcarán la diferencia. SIEMPRE. Reflexión: Cada uno tiene su propio cielo y ningún cielo es igual a otro. Cada cielo torna a los colores que le de la gana y dependerá de la luz, las nubes, el viento o la polución que allí haya. No compares tu cielo con otro cielo porque ninguno es igual. Jamás. Tampoco lleves la tempestad a ese otro cielo solo porque hoy en el tuyo el sol esté tras una nube. Tampoco permitas que nadie deje su polución o su tormenta en tu cielo porque tú eres el responsable de la limpieza del mismo. Todo el mundo tiene sus propios días soleados, atardeceres maravillosos, vientos huracanados, relámpagos, lluvia… Si aprendes a observar tu cielo, será más fácil que sepas controlarlo. Cuando aprendes a controlar tu cielo y a entender que todo el mundo tiene el suyo, serás capaz de tratar a todo el mundo de igual a igual, con respeto e inteligencia emocional. Respeta tu puto cielo y respeta el puto cielo de los demás. Así de simple y complicado.