PUM-PUM-PUM es una reflexión escrita hace unos años atrás que podría haber sido escrita ayer porque pienso igual.
Porque el pum pum pum no lo es todo.
Porque follar no es solo el acto de meter la polla por el coño o el culo.
Porque el acto de la penetración no deja de ser un juego más en el sexo.
Porque la finalidad no es meterla.
La finalidad de follarnos mutuamente es disfrutar y hacer disfrutar.
Es ver cómo se arquea su cuerpo cada vez que te la metes hasta la garganta.
Es notar cómo te araña los hombros cada vez que le das un lametazo en el clítoris.
Porque para ti follar solo implica penetración y si aguantas 30 minutos sin correrte eres un machote.
Porque mientras más fuerte y rápido bombees a la hembra, más hombre te sientes.
Eres todo un semental.
A mí no me follas con un pum pum pum de media hora campeón. A mí no me follas solo el cuerpo.
Debes follarme la mente.
Estimula mi deseo. Llévame al máximo y no me des todo lo que te pido.
Oblígame a que te pida que te acerques.
Oblígame a implorarte que me la metas en la boca. Haz que desee que te corras en el fondo de mi garganta.
Siéntate frente a mí y mira como me toco para ti. Tócate para mí.
Déjame meneártela. Indícame como te gusta. Más suave… más rápido… más lento… más… Escúpete la polla y deja que tu saliva resbale entre mis manos y ella.
Tócame el timbre muy despacio, pidiendo permiso para entrar. Pellízcame los pezones lentamente y luego apriétame el pecho todo lo que tu mano pueda abarcar.
Cógeme del cuello con ganas y busca mis labios con los tuyos. Chúpame la boca y mete la lengua en ella. Muérdeme…
Fóllame la mente.

Haz que me quede siempre con ganas de más.
Pídeme y haz que pida. Juega, experimenta, lame, muerde, azota, saborea…
Porque el pum pum pum no lo es todo.